Lacado
La puerta lacada consiste en un panel MDF (US EPA TSCA Title VI) pintado. El lacado puede ser brillante o mate (la unidad de medida del brillo se expresa en “gloss”). Existen diferentes categorías de lacado: las diferencias obedecen principalmente al diluyente utilizado para la aplicación de las resinas de base y al método de endurecimiento de la pintura. Este proceso permite la pintura de la puerta en todas sus partes.
Dónde están
- Puertas
- Repisas
- Muebles abiertos
- Sillas y taburetes
- Mesas
Datos técnicos
Las puertas pintadas con productos cubrientes se llaman lacadas: se distinguen por su preciosidad e impacto estético. El lacado, realizado sobre paneles MDF, puede ser brillante o mate (la unidad de medida del brillo se expresa en “gloss”). Existen diferentes categorías de lacado: las diferencias obedecen principalmente al diluyente utilizado para la aplicación de las resinas de base y al método de endurecimiento de la pintura. En general, todos los tipos de pinturas se fabrican con las mismas resinas o con resinas muy similares entre sí (normalmente resinas acrílicas o poliuretánicas). El secado posterior a la aplicación de las pinturas provoca la evaporación de las sustancias líquidas y el consiguiente endurecimiento de las resinas. Para el usuario final no hay mucha diferencia a nivel visual: lo que compra es un mueble revestido de una resina; los componentes líquidos utilizados para la mezcla de las pinturas ya no están; el proceso de secado estabiliza el producto final, al cual, para garantizar la seguridad, se aplica una película de protección.
Las puertas lacadas permiten una gran variedad de coloraciones y efectos/texturas particulares -en algunos casos es posible efectuar lacados según muestra RAL- pero requieren un cuidado y una atención específica desde el punto de vista del uso y el mantenimiento, para evitar rayas, manchas, mellas y decoloraciones.
Mantenimiento
Las puertas lacadas requieren seguir unas pocas reglas de uso y mantenimiento fundamentales. La limpieza ordinaria debe realizarse con un paño suave tipo microfibra ligeramente humedecido. En caso de manchas, añadir al paño suave un detergente liquido neutro, por ejemplo un producto para la limpieza de vidrios. Para eliminar los restos de humedad y las aureolas, repasar las puertas con un paño de microfibra seco. No utilizar productos abrasivos (cremas y polvos) ni con contenido de sustancias agresivas como alcohol, acetona, trielina, lejía, amoníaco y derivados. Evitar el uso de elementos de limpieza ásperos como esponjas abrasivas o lana de acero, ya que rayarían las puertas de manera irreversible. Las superficies lacadas brillantes o mate no se deben limpiar demasiado: el frotamiento excesivo puede comprometer la uniformidad de la pintura (los acabados mate se pueden lustrar, pero los brillantes corren el riesgo de perder planaridad y asumir un aspecto rugoso de piel de naranja). Las manchas se deben eliminar de inmediato y no se deben dejar secar, al igual que el agua y la humedad. Prestar la máxima atención a las sustancias altamente colorantes o que manchan, como café, vino tinto, tinta, etc. (especialmente en las coloraciones claras): “los colorantes naturales o artificiales contenidos en estos productos pueden “migrar” profundamente al interior del lacado y formar una mancha o una aureola indeleble” (Franco Bulian vicedirector Catas – Ambiente Cocina). La exposición directa y prolongada a la luz del sol se debe evitar o reducir y regular (ej. con el uso de cortinas). Atención a los choques y al contacto con objetos puntiagudos y cortantes: la película de barniz que recubre los paneles lacados podría dañarse. En caso de mellas circunscritas o pequeñas, es posible realizar un retoque. Con un pequeño pincel se aplica la cantidad de pintura correcta para recubrir la zona estropeada. El envase de retoque se puede pedir a un revendedor autorizado.