La península es sinónimo de innovación tecnológica y ergonomía cuando pasa de ser fija a ser extraíble, sostenida por mecanismos que la hacen transformable. Con la extracción de las partes ocultas, cambian las dimensiones y aumentan los volúmenes, de manera que la encimera resulta transversal según las exigencias; de superficie de apoyo pasa a ser mesa, elemento de decoración y sociabilidad.

Las patas sirven de sostén para las encimeras de la península, pero también pueden ser decorativas. Minimalista, técnica o de diseño moderno, detrás de cada pata hay una elección de gusto bien precisa, orientada a valorizar el ambiente de la cocina. La encimera que prosigue y se convierte en península ofrece mayor espacio de trabajo, una mesa para comer, un espacio para compartir y socializar, una superficie que, conjuntamente con su sostén, responde a las exigencias de quienes desean optimizar la funcionalidad de los espacios a disposición con estilo y refinamiento.